Mayéutica de la vocaciones, el despertar del espíritu maestro

“El cuerpo nunca miente”, nos dijo la descomunal Martha Graham y es justamente sobre las verdades del cuerpo que va a tratar este texto. Ha llegado el momento de intentar plasmar en palabras, lo que han sido en mi vida estas dos décadas de Danza, estas dos décadas de cuerpo. Debo advertir que será imposible, por momentos, rehuir el tono autobiográfico y un tanto confesional de ciertos pasajes: la experiencia y la memoria de mi cuerpo serán por fuerza voces dialogantes en esta reflexión que no pretende otra cosa más que recoger una serie de preguntas y de conclusiones sobre mi oficio de bailarín / coreógrafo y, más recientemente, de pedagogo: detector / revelador / rebelador de talento y partero de vocaciones.